Por qué los legos están enfadados

Por qué los legos están enfadados

Los Legos están enfadados. Y cada vez más. Son como un mini-ejército (no tanto, porque a estas alturas ya son más de 10.000) de personitas que cada día tienen más mala leche. ¿Deberíamos preocuparnos?

Bueno, quizás lo primero que tengamos que hacer es explicarnos. El caso es que hace unos días tropezamos con este artículo de Quarz (pedazo de web, por cierto) que no nos resistimos a contaros. Gracias a él nos enteramos de la existencia de un tal doctor Christopher Bartneck, que vive literalmente en la otra punta del mundo (Nueva Zelanda) y que hace casi de todo: robótica, ingeniería, informática… y Legos. Muchos Legos.

El doctor debe ser una de ésas personas que tienen tiempo pa tó (no como a nosotros, que el día se nos atropella), y que lo mismo te diseña un todo terreno que te fotografía TODAS (sí todas) las figuritas de Lego año a año desde hace un lustro. Que son ganas, la verdad.

El caso es que míster Bartneck se ha dado cuenta de algo curioso: los Legos cada día están más enfadados. Como se cuenta en el artículo, cuando Lego empezó a hacer minifiguritas para acompañar a sus diseños, ninguna tenía cara de enfadada. En realidad, ninguna tenía cara de nada: nacieron en 1974, y hasta 1978 a nadie se le ocurrió que ponerles una sonrisa sería chulo.

Quartz

 

Y para probarlo, con la ayuda de los lectores de Quarz, (haced la prueba, que mola), ha identificado las emociones de un montón de figuritas. Vamos, el buen doctor fotografió 3.655 legos, identificando 628 expresiones distintas. Y de ahí sus resultados.

En breve: hasta 1990 o así, prácticamente todos los legos eran más felices que perdices. Pero a partir de ahí, las expresiones que más crecen son las de enfado, tanto que ahora ya son casi la mitad de los legos que salen al mercado.

Dicen los de Lego que así se puede jugar mejor con ellos. O sea, que si todo el mundo es feliz, los niños (porque con los Lego sólo juegan los niños, ehem) se aburren.

Lo cual no sabemos si es bueno o malo, la verdad. Qué mundo se nos está quedando, si hasta los legos están cabreados…

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BONUS TRACK: mientras buscábamos fotos para este artículo, nos hemos encontrado con esta obra de arte:

 

Bravo. Y nosotros que nos llamamos frikis…

 

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