La vida del friki se reduce a una larga espera. Ellos lo saben, y nos maltratan: siempre hay una película que esperar, o una nueva temporada por la que morderse las uñas, ya sea la quinta, la séptima, la octava… Como en Juego de Tronos. Se están tomando su tiempo para la última temporada, que se estrenará, dicen, en primavera de 2019. También han prometido otras dos cosas: una, que a los actores les ha gustado (hubo lágrimas y 15 minutos de aplausos cuando se leyó en común el guión del último capítulo). Y dos, que habrá escabechina. Que menuda novedad, por otra parte: la última batalla tardaron ¡55 noches en rodarla! Eso son muchas noches, sí.
El caso es que, mientras esperamos, en HBO van afilando los colmillos de los fans, prometiendo no una, ni dos, sino hasta cuatro o cinco series “hijas” de Juego de Tronos. Que ya es prometer, verdaderamente.
George R.R. Martin (que sigue trabajando también en el último libro de la serie, otro que también es rapidito) recibe de vez en cuando guionistas en su casa de Santa Fe. Y entre margaritas y chile con carne, tratan de series guiones y cosas de ésas. Claro, a más margaritas, más personajes destripados. Es lo suyo.
El caso es que por ahora hay al menos cuatro de esas series en marcha. No son spinoffs, por cierto: no habrá un personaje de GoT que tenga serie propia (entre otras cosas, porque eso supone que sobreviviría, y a saber) ni tampoco precuelas. Las llaman “serie sucesoras”, y son simplemente historias ambientadas en Poniente, un mundo con tantas posibilidades como a uno se le ocurran.
Nada, habrá que seguir esperando. Lo que sí es cierto es que HBO planea gastarse pasta gansa en esas series “sucesoras”: el presupuesto de cada una estará al nivel de las últimas temporadas de JdT.
Ñam, ñam.