Prohibido Harry Potter... ¡porque es de verdad!

Hola, fansdetodo.

A estas alturas, una ya está curá de espantos. O sea, que ya no me extraña para nada que haya pirados por ahí que vean el MAL…

… en los sitios más peregrinos. Los malvados videojuegos, el malvado rockanroll, las malvadas chicas estas tan raras que se pintan el pelo de colorines. Pero, en los últimos años, quien se lleva la palma es sin duda EL MALVADO HARRY POTTER. No hace mucho, en un colegio al que van mis primos un señor con pinta seria se ocupó de ir padre a padre repartiendo octavillas en las que se alertaba del peligro de los libros de JK: ya se sabe, muchas brujas, mucha magia, y pocos avemarías.

Pero de verdad, ni siquiera el más pirao había llegado a los extremos del reverendo padre Dan Reehil, que enseña en la escuela parroquial de St. Edward, en Nashville, Tennesse, iuesei. Os cuento, que es para no echar gota.

Resulta que el buen pastor, aprovechando que la biblioteca se estaba renovando, ha eliminado de las estanterías todos los libros de la saga de Harry Potter. Y no, no es que no le gustaran, que allá él si tiene mal gusto. NO: en el email que escribió justificándose, el padre Reehil explicaba lo siguiente:

“Estos libros representan la magia como algo tanto bueno como malo, lo que no es en realidad, sino un inteligente engaño”. Bueeeno. Pero sigue: “LAS MALDICIONES Y HECHIZOS UTILIZADOS EN LOS LIBROS SON MALDICIONES Y HECHIZOS REALES, QUE CUANDO SON LEÍDOS POR UN SER HUMANO CORREN EL RIESGO DE INVOCAR A ESPÍRITUS MALVADOS”.

De verdad, de verdad de la buena. Dice el padre que ha consultado a “varios exorcistas en los Estados Unidos y en Roma“, que le recomendaron retirar los libros.

Maremía, qué torpe debo ser. Llevo media vida abriendo puertas a golpe de varita, y chillando palabros en latín y ni siquiera ha conseguido conjurar un patronus pequeñico. Y mi gato no se transforma en bruja ni aunque se lo pida por favor.

Ainsss. En fin, os dejo el enlace de la historia original, por si la queréis leer y me voy despidiendo, que voy a saltar por el balcón con mis escobas.

Porque un cura no puede equivocarse (y porque la ventana está bajita).

Besossss