Qué tiene internet con los gatos

Qué tiene internet con los gatos

Ya estamos otra vez celebrando el día del gato. Bueno, uno de ellos porque, como ya os contamos hace un tiempo, hay varios. En este caso, el 20 de febrero es el #DiaInternacionaldelGato por culpa de este señor:

 

Que se llamaba ‘Socks’ y era el gato de los Clinton, así que vivió en la Casa Blanca durante buena parte de los 90, rompiendo de paso con la tradición de que la familia presidencial, como buena gente yanqui de toda la vida, tenía que tener perro.

Bueno, Socks ya pasó a mejor vida años ha, pero su legado nos queda en forma de este 20 de febrero. Aunque, la verdad, si algo precisamente no falta en el interné son gatos. Nosotros mismos tenemos una sección gatuna. (Por cierto, la tenemos de celebración: al 15% esta semana usando como cupón”NekoDay”).

¿Nunca os ha dado por pensar qué le pasa al internet con los gatos? Algo tiene que haber, porque no es normal, por ejemplo, que en Youtube haya al menos 2 millones de vídeos de gatos… y la última vez que lo contaron fue en 2015.

A mucha gente le ha dado por pensarlo, no creáis, y como siempre pasa, hay teorías de todos los sabores:

  • Que lo que pasa es que la gente prefiere poner un gato a dar la cara. Aunque eso sería antes de la invención del palo de selfie, digo yo
  • Que los gatos tienen expresiones faciales que nos recuerdan a las nuestras
  • Que los gatos NO tienen expresiones faciales, y por tanto le podemos hacer “decir” a una foto lo que nos de la gana
  • Que son muy monos
  • Que en realidad no son tan monos, sino que dan algo de miedo y eso nos atrae
  • Que los perros no tienen ese “nosequé” que a los gatos les sobra (por mucho que lo intenten, los pobres)

 

Pero investigando a saco por ahí (vamos, en la Wikipedia) nos hemos encontrado una curiosa teoría “del gato mono” sobre lo bien que le viene esto de que haya gatetes por todas partes a los activistas digitales, sobre todo en dictaduras y tal.

Lo que viene a decir es que, por lo general, a la mayoría de la gente le interesan más los gatos que los rollos de derechos humanos. Triste, pero cierto. Lo bueno es que, gracias a ese gusto general, se han desarrollado herramientas (Twitter, Facebook, Whatsapp, etc) que no hubieran podido nacer de otro modo, y que son mucho menos controlables por quienes siempre quiere andar controlándolo todo.

Y porque, al final, resulta que si a la gente le cierras el “portal del activista democrático que lucha contra la dictadura” pues habrá más o menos gente a la que le importe. Pero si cierras el sitio donde se comparten las fotos de gatetes… Uy, majo. Ahí has tocao hueso.

Hala pues. Cada vez que compartáis una foto de vuestro bicho, podéis sentiros bien con vosotros mismos. De una forma un tanto retorcida, estáis haciendo del mundo un sitio mejor.

Feliz día del gato…

 

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