Venga, una de padres. Resulta que, en una de éstas, te has reproducido. Son cosas que pasan, con la edad, así que conviene acostumbrarse a la idea. Y resulta que tu vástago te está saliendo un tanto esquinao en esto de las preferencias.
Vamos, que no anda corriendo detrás de un balón, como todos los otros niños, ni va por ahí vestida de princesa de hielo, como todas las otras niñas. Que no. Él es raruno. Extrañejo. Un pelín friki, en fin.
Si se parece a ti (y si estás leyendo esto, va a ser que sí) lo más probable es que no te importe un colín. Pero por si acaso, te traemos unas cuantas razones por las que es genial que un niño sea un friki. O un geek. O un nerd. O esas cosas que se resumen en la genialidad de ser distinto:
1.- Lo más probable es que sea más listo que la media. Eso no significa que los que juegan al fútbol sean memos, a ver, no saquemos las uñas. Pero normalmente viene en el pack del friki: intereses raros=cerebro en marcha. Lo que nos lleva a…
2.- Le interesan un montón de cosas distintas…. A veces no todas a la vez, sino una detrás de otra. Echad un vistazo al catálogo de La Frikilería: el mundo del friki es inagotable.
3.- … y le interesan con pasión. No me digáis que no preferís un niño apasionado en lugar de uno de ésos que va por la vida con un “bah” en la boca. Vivan los chalaos, carajo.
4.- Y no son tan antisociales como la gente piensa. Que no: cada friki tiene un alma gemela. De hecho, miles de ellas. Gracias al interné, Dios las cría y ellas se juntan. Y hablan. Y se quieren. Y hasta, oh my god, se reproducen. Y vuelven a tener niños frikis. Y la rueda gira. Y en todo caso, cuando uno está con sus figuritas de Star Wars, nunca esta solo del todo.
5.- Acabará cambiando el mundo. Como Bill Gates (casi) dijo una vez en una conferencia a unos chavalines… “sed amables con los frikis, probablemente acabaréis trabajando para uno de ellos”.
6.- Lo petarán en Carnaval y jugando al Trivial. Y en otras cosas. Si no meten muchos goles, no os preocupéis. Con 20 años, nadie lo hará. Y ellos seguirán teniendo el cerebro en su sitio.
Así qué, queridos papás, enhorabuena por el frikerío del chaval/a. Disfrutadlo: es una joya.
PD: éstas y más razones, en este artículo. Leed, leed.